Estimado Sres:
Desde luego en la cafetería donde yo voy de vez en cuando a tomar un café con esos amigos que también como yo perdieron su trabajo en estos años de crisis tan mal llevada, que fuimos cayendo poco a poco, como ratas y sin que nadie hiciese nada ante tamaña injusticia pues injusto es que los más humildes sean los que más lo paguen, con subidas de impuestos, reformas que sólo benefician a los de siempre, despidos, competencia desleal... mientras otros, no sólo no perdieron nada, sino que se enriquecieron a nuestra costa; no sólo somos gente honrada como apunta el Sr. Pablo Iglesias, es que además muchos tenemos una preparación que ya la quisieran muchos políticos que no saben ni hablar - en español, en inglés ya ni por asomo- y escribir...me pregunto si sabrán.
Por eso ayer, al escuchar (gente de cafetería) me indigno todavía más. No nos menosprecie Sr. Rajoy, que no nos menosprecie nadie de los que pudiendo hacer algo, se quedaron impávidos, viéndonos hundirnos cada día más y más.
No nos menosprecien, que en este país son muchos los que van a cafeterías porque no pueden acceder a esos clubs, restaurantes y privados dónde ustedes seguramente se reunirán todos ustedes pero a nosotros nunca nos invitarán pero yo le aseguro que algunos de ellos podrían darles lecciones en diversas materias desde economía a literatura, música, fiscalidad, etc .pues preparación tienen y de sobra. Sopas con ondas algunos les podrían dar a ministros, diputados y senadores, sopas con ondas, señores.
No nos menosprecien, que fue por ustedes señores gobernantes los que con sus políticas, leyes y reformas nos llevaron a tantos a la más absoluta precariedad.
Porque no creo que haya en este país ni un sólo político al que le hayan cortado la luz por no poder pagar.
A una de mis amigas sí. Y se tuvo que marchar a otra casa por su niña pequeña, recién nacida y ni agua calentita para poderla lavar. Y todos los que la conocíamos se nos puso un nudo en la garganta, pero estábamos casi igual, impotentes estuvimos a su lado, pero nada más pues no estaba en nuestras manos, ustedes sí podrían haber hecho algo, pero no lo hicieron, nada pasó excepto que se tuvo que marchar. Somos los pobres, los que nadie conoce, los que a nadie importamos excepto a la hora de votar ¿verdad?
Ya que así de duro los pasamos muchos que vamos de vez en cuando a una cafetería, al menos, no nos menosprecien señores políticos, sólo por ser los desheredados de la tierra.